sábado, 26 de marzo de 2011

La politización del 11 M

La división ideológica hace que se olvide el verdadero espíritu del 11 de marzo


Siete años después del trágico atentado del 11 M, ha sido inaugurado un nuevo monumento en memoria de las víctimas en El Pozo, la última de las tres estaciones afectadas por el atentado. Este acontecimiento, en teoría destinado a honrar la memoria de las víctimas, ha servido para que políticos y asociaciones vuelvan a enfrentarse.
Todo empezó hace tres años, exactamente el 7 de abril de 2008, cuando la Asociación de Víctimas del 11 M (AV 11 M), presidida por Pilar Manjón, solicitó la construcción del monumento antes mencionado al Ayuntamiento de Madrid. El 11 de marzo de este año, en el acto en memoria de las víctimas celebrado en la Puerta de Atocha, la propia Manjón declaró en su discurso que, ante la petición del monumento, el vicealcalde del Ayuntamiento de Madrid, Manuel Cobo, respondió: "cualquier día tendrían que hacer un monumento para las putas de [la calle] Montera".
Por otra parte, fuentes del Ayuntamiento de Madrid desmienten esta afirmación, alegando que, lo único que se respondió fue que no se podía colocar uno en cada estación de Cercanías; que siguiendo la lógica del colectivo de víctimas deberían levantarse también en cada rincón en el que muriera una mujer maltratada; además de aclarar que Manjón no estuvo presente en dicha reunión.
Para entender este cruce de declaraciones habría que remontarse un poco más atrás, al 2004. A raíz del atentado han surgido dos corrientes de pensamiento: una que defiende que el 11 M no es un caso cerrado y que aún quedan incógnitas por resolver, compartida por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y por el Partido Popular (PP); y la que defiende que el 11 M es un caso cerrado respaldada por la AV 11 M y el Partido Socialista (PSOE).
Esta división pudo verse reflejada en la mañana del 11 de marzo de este año. Mientras que la AVT junto a representantes del PP, entre ellos Manuel Cobo, inauguraban el monumento de El Pozo, la AV 11 M, con Pilar Manjón a la cabeza, acompañada de la Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CCOO) y el Sindicato de Actores, acudían al acto anteriormente citado en Puerta de Atocha. La razón de este desacuerdo fue que Manjón quería que el acto de El Pozo se celebrara a las 19:00, ya que era una tradición realizar los homenajes a esa hora, mientras que el Ayuntamiento se negó a organizar el acto por la tarde, por razones desconocidas.
Según la AV 11 M este fue el principal detonante de la declaraciones de Manjón. Al verse fuera de la inauguración del monumento que la propia Asociación había solicitado y viendo que aquellos que tanto habían criticado la construcción del mismo habían acudido, mostró su indignación mediante las declaraciones anteriormente mencionadas.
El hecho de que la inauguración oficial se produjera por la mañana no impidió que la AV 11 M rindiese su propio homenaje a las víctimas en El Pozo, junto a representantes del PSOE, Izquierda Unida (IU) y los artistas de la obra.
Los más destacable de esta historia es que en un día como el 11 de marzo, cuando todos deberíamos estar unidos y dejar a un lado las diferencias ideológicas, partidos políticos y asociaciones continúan aprovechando cada aparición pública para poner en evidencia al contrario

Natalia Borja
Miriam Fernández
Soledad Rodriguez  
Maria Ruiz 

viernes, 25 de marzo de 2011

Víctimas sin DNI

Siete años después de la masacre sufrida por la ciudad de Madrid durante los atentados del 11 de marzo de 2004, varias de las víctimas cuya situación era irregular en España siguen sin recibir su nacionalización.

La noticia sorprendió tanto por su contenido como por el momento en que llegaba. Era 12 de marzo de 2004 y 24 horas antes un atentado había terminado con la vida de 191 personas. Otras 1.900 resultaron heridas. El entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, dio una multitudinaria rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa para comunicar sus intenciones. Todas las víctimas del atentado y sus familiares serían nacionalizados y su situación se regularizaría.

Hoy, siete años más tarde, esa famosa regularización masiva continúa en tela de juicio. “Llevo varios años luchando junto con mi abogado. Tengo permiso de trabajo, pero aún no me han concedido la nacionalidad española y no entiendo por qué”. Son palabras de Florentina Andrei (Bucarest, 1968). Ella viajaba en uno de los vagones que explotó aquella fatídica mañana en las inmediaciones de Atocha. Afortunadamente salió con vida, pero las secuelas físicas y psíquicas permanecerán siempre con ella.

Florentina Andrei en la Asoc. 11M Afec. del Terrorismo


Como el caso de Florentina, se contabilizan hasta 22 dentro de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo. Es cierto que una gran mayoría de las víctimas del atentado han conseguido la nacionalidad española acogiéndose al Real Decreto 453/2004 del 18 de marzo, emitido en circunstancias excepcionales por José María Michavila Núñez, otrora Ministro de Justicia. Sin embargo aún existen personas a las que no se les ha tramitado la solicitud.

Matías Lobato es un jurista especializado en casos de inmigración y su interpretación. “El Real Decreto es un arma de doble filo. Por una parte todas las víctimas del 11-M pueden acogerse a él para regularizar su situación. En cambio, para obtener la nacionalidad, el Ministerio se guarda un as en la manga con el ‘carácter discrecional. Esto quiere decir que el propio Ministerio es quien se encarga de hacer una valoración subjetiva de las circunstancias que justifican la nacionalización.

Florentina afirma que los problemas burocráticos son los que están demorando su situación. “Me muevo por mi cuenta, acudo al Ministerio y me dicen que pronto se arreglará, que me vaya a casa tranquila, ellos me mandarán una carta”. Pero esa carta aún no ha llegado y la desesperación está al borde de su capacidad. Además, tampoco le han concedido la minusvalía por las cuatro secuelas que le dejó la explosión. “Concerté una cita con un psicólogo del Ministerio. Me llamaron después de muchos meses, pero el psicólogo se fue el día antes de vernos. Entonces me dijeron que tenía que pedir otra cita y esperar el turno de nuevo”.

Monumento a las victimas del 11M en Santa Eugenia
Lobato dice entender la situación de ambas partes: “El agotamiento de las víctimas es cada vez mayor, pero el Ministerio ha de estudiar cada caso minuciosamente para evitar fraudes, como el famoso de Lorena Candelario”. Esta mujer colombiana se hizo pasar por víctima del atentado para obtener la nacionalidad española, indemnizaciones por las secuelas y un piso en renta de protección oficial por el que paga mensualidades de 200 euros. Para ello fingió dolores, falseó papeles e incluso ocultó un piso en propiedad que tiene arrendado y por el que recibe una suma de 1.450 euros al mes. “Es triste que la gente se aproveche de situaciones así para beneficio propio, pero estas cosas ocurren y por eso cada caso requiere su tiempo”, sentencia el letrado.

Ambas partes parecen estar de acuerdo en una cosa: el tiempo. Tiempo es lo que necesita la Administración para valorar cada caso y tiempo es lo que falta a las víctimas para que sean reconocidos sus derechos. El tiempo es una de esas cosas en la vida que resulta tan subjetivo como la interpretación que cada uno le quiera dar. En este caso, siete años son el motivo de la discordia. Para los diferentes ministerios, siete años son pocos para enjuiciar la situación. Para Florentina Andrei, estos siete años han sido los más largos de su vida. “Ahora sólo quiero vivir”, concluye.




Daniel Bermejo
Alessandro Barbero
Fabián Beltrán
Luis Garrido

La banda sonora de una tragedia

Los atentados del 11 de marzo de 2004 han quedado archivados en la memoria de muchas personas. Algunos músicos y artistas  les recuerdan a su manera con sus canciones



La música trasmite muchas cosas, desde el dolor hasta el amor y la felicidad. Muchas personas utilizan la música para evadirse o para reflejar su estado de ánimo. Las letras de las canciones comunican en muchas ocasiones historias reales que provocan en el público una conexión emocional con el tema. Desde hace siglos la música se ha convertido en un arma social tanto a nivel individual como colectivo, convirtiéndose en una forma de protesta más.


Estación de Atocha (Madrid).
Han pasado siete años desde que diez explosiones cambiaran la vida de muchos ciudadanos, tanto españoles como extranjeros. Fue un 11 de marzo de 2004 cuando el terrorismo sembró el pánico y el dolor en la estación madrileña de Atocha. Esa mañana, mientras muchos iban a trabajar o a estudiar, las bombas se cobraron 191 vidas humanas y dejaron 1.858 heridos. Los dedos acusadores apuntaban a dos posibles culpables del ataque, por un lado estaba la banda terroristas española ETA, por otro el terrorismo islámico con el nombre de Al Qaeda. Poco tiempo después, se descartaron a los primeros sospechosos de ser los autores del crimen.

Como muchos desastres y tragedias, el 11M desencadenó una movilización social. La gente pedía respuestas a la principal pregunta: “¿Por qué?”, pero no obtenían respuesta alguna. Las calles de numerosas ciudades de España se llenaron de protestas de todos aquellos, un país entero, a los que las bombas de Atocha les habían llenado de incomprensión, incertidumbre, desconsuelo y temor. Pronto a estas manifestaciones de dolor se unieron numerosos artistas y músicos. La cultura quiso hacer también un homenaje a todos a los que aquel jueves lluvioso les cambió la vida.

Años después la memoria no olvida y la música ayuda a que los recuerdos salgan a flote. “Cerca de donde vivo en Madrid, habilitaron un pabellón para ir acumulando los restos mortales de los afectados. Las sirenas no paraban de sonar y muchos voluntarios nos acercamos para ayudar a abastecer con mantas y víveres a la gente que acudía para saber si sus familiares estaban o no allí al darlos por desaparecidos. Guardo el peto que utilicé aún entre mis cosas”, cuenta el técnico de sonido y control de Radio Nacional de España, José Hermógenes.

Grupos y cantantes españoles compusieron temas en recuerdo al 11M. Sus diferentes estilos de música fueron los encargados de trasmitir al mundo lo que esta masacre supuso para un país. Desde el rap de Zenit con la canción 11M o el del Chojin con su Me duele hasta el pop de La Oreja de Van Gogh con su sonado Jueves, pasando por artistas tan reconocidos como Luz Casal con su tema Ecos, Amaral con Esta madrugada o Ismael Serrano y la canción Fragilidad, entre otros. Incluso compositores que siempre han cargado la temática de sus canciones de soez y ordinariez, rozando la vulgaridad, han sido capaces de escribir letras cargadas de emociones, fuerza y solidaridad como ocurrió con el pornoautor El Chivi y su tema Homenaje al 11M.



Más de 30 artistas crearon el disco homenaje al 11M No os olvidamos


Tantos han sido los músicos que se quisieron comprometer con esta causa que un grupo de afamados artistas se unieron, un año después del trágico suceso, para crear el disco homenaje No os olvidamos y cantar a las heridas de miles de personas.  “El 11 de marzo no fue sólo un día de dolor y de lágrimas, fue también el día en el que el espíritu solidario del pueblo español ascendió a lo sublime con una dignidad que me tocó profundamente y que aún hoy me emociona cuando lo recuerdo”, narra en la presentación este álbum el fallecido escritor y Premio Nobel, José Saramago. Los fondos recaudados con este disco fueron íntegramente donados a la Fundación Víctimas del Terrorismo. “Todos los que colaboramos en este trabajo lo hicimos desinteresadamente, prestándonos a conservar el recuerdo y a ayudar a mitigar el dolor de todas las víctimas que se quedaron”, comenta Ricky Matut, bajista y coro en la canción Vida del CD No os olvidamos.


Portada del disco No os olvidamos.

La Oreja de Van Gogh, Ismael Serrano, Víctor Manuel, Mónica Naranjo, Ana Torroja, Antonio Orozco, María Dolores Pradera, Fito Páez, Luis Eduardo Aute y Clara Montes, son algunos de los músicos que pusieron su granito de arena en el proyecto No os olvidamos. “Trabajar en un disco así fue muy reconfortante ya que todos teníamos en mente una única meta: ayudar a nuestra manera a los afectados”, declara Ricky Matut. Para abrir el disco se escogió la canción De Madrid al cielo un tema que compuso en aquellos días de dolor la joven artista Elena Bugedo.

El punto de vista de los principales afectados, de las víctimas del terrorismo, es de agradecimiento ante el compromiso de ayuda de todos aquellos que se comprometieron con la causa. “Aunque pase el tiempo los recuerdos aún duelen, pero saber que hay gente que comparte ese dolor o que intenta entenderlo o ayudar de alguna manera mitifica las heridas que causa, no sólo la pérdida, sino la incomprensión del motivo que lleva a algunas personas a cometer tales delitos”, expresa María de las Nieves Martínez Canillas, quien pertenece a la Fundación Víctimas del Terrorismo a raíz de que su padre fuera asesinado por la banda terrorista ETA.


"Los temas tan delicados hay que saber tratarlos"

Aparte del disco No os olvidamos existen muchas más canciones que no fueron incluidas en este proyecto como 11 M de Sergio Contreras o la del grupo de Oi! Non Servium 11 de marzo. Todas ellas tratando un tema tan delicado como fue la masacre de marzo del 2004 en Madrid. “ Mientras se trate el tema con cuidado, y por supuesto mientras que no se haga apología de tales barbaridades, la música, al igual que el resto de artes, es una forma más de decir a los asesinos "¡Basta Ya, por aquí no vais a pasar!”, dice el director de la revista de información juvenil RitmosXXI Álvaro Petit.

Monumento a las víctimas del 11M en la estación de Atocha (Madrid).
Han pasado siete años y la memoria no olvida. Si los recuerdos se apagan siempre podrán volver a resurgir al encender la radio o al activar el reproductor de música donde sonará alguna de esas canciones compuestas en homenaje al dolor que inundó España aquel 11-M. Como dicta una de las frases plasmadas en el monumento en memoria de las víctimas del sangriento jueves de marzo del año 2004 en la estación de Atocha: “Hace falta mucha fantasía para poder soportar la realidad”, también la música puede hacer más llevadera esa cruda realidad del terror.



Beatriz Cano Fernández
Iris López Montes

11 de marzo: víctimas con jornadas de ocho horas

Han pasado siete años desde uno de los mayores atentados vividos en Europa en tiempos de paz. La mañana del jueves 11 de marzo de 2004 se produjeron diez explosiones provocadas por otras tantas  mochilas cargadas con explosivo. Murieron 192 personas y 1857 resultaron heridas.

El número de víctimas es innumerable: fallecidos, familias rotas, personas con secuelas tanto físicas como psicológicas… pero no se debe olvidar a los trabajadores que se encontraban allí y que lo vivieron en primera persona. Para ellos es un doble esfuerzo acudir a su puesto de trabajo por la carga moral que esto les supone.
Interior de la Estación de Atocha

Cientos de empleados se siguen enfrentando a la dura realidad y aún algunos viven con el miedo de que pueda volver a ocurrir algo parecido. Sin embargo, no tienen la opción de no volver al lugar de los hechos, su centro de trabajo.

La estación de Atocha fue uno de los principales escenarios de este atentado y aunque hayan pasado siete años los empleados siguen emocionándose al recordarlo.



Al ser uno de los responsables, Miguel, jefe de supervisores de la estación, se encontraba allí en el momento de la explosión. Entre lágrimas relata el que fue uno de los peores días de su vida. “Yo acababa de llegar a trabajar y de repente oí un petardazo. Salí de mi oficina y vi mucha gente corriendo hacia la calle”.

El personal que se encontraba allí ese día no imaginaba que el accidente fuese de tal magnitud. Miguel, al ser uno de los responsables de la estación, fue a ver lo que estaba ocurriendo.   “En el momento en el que bajé a las vías me di cuenta de que no había sido un accidente, si no una explosión. Los heridos que podían andar empezaron a salir del tren y  realmente fue cuando empecé a sentir miedo”.

Los servicios de emergencia acudieron rápidamente y procedieron a evacuar la estación. Hasta las cinco de la tarde ningún empleado pudo acceder al interior, y no todos, ya que solo se permitía el paso a los cargos superiores.                                                                     
María, dependienta de una de las tiendas ubicadas en la estación, se enteró del atentado a través de los medios de comunicación. “Intenté llegar a Atocha para abrir la tienda, porque no me imaginaba que hubiese pasado algo tan grave, y fue imposible. Yo vivo en Mostotes y todas las líneas de tren estaban cortadas”.

Vías de la Estación de Atocha

Los minutos siguientes al atentado se hicieron eternos. Los trabajadores que habían sido evacuados esperaban alguna noticia en las inmediaciones de la estación, aunque muchos otros se fueron por miedo a que explotase otra bomba. Josefa trabaja en los servicios de limpieza de la estación de Atocha y también se encontraba allí el día 11 de marzo. “Llevábamos un rato fuera cuando los servicios sanitarios empezaron a salir con camillas. Nos quedamos blancos cuando empezamos a ver a gente tullida y llena de sangre. Me fui a casa destrozada cuando vi que sacaban bolsas llenas de algo que no parecían ser escombros”.

En la estación de Atocha reinaba el caos. Medios de comunicación, familiares y miles de personas fueron hasta allí y se instaló un hospital de campaña para atender rápidamente a los heridos graves. Fue un día largo para todos y que siete años después sigue siendo duro de recordar.

Los trenes empezaron a funcionar al día siguiente pero la afluencia de gente era muy escasa. Ramón, uno de los revisores que trabaja en Atocha, asegura que la situación no se normalizó hasta dos meses después. “El 12 de marzo a mi me tocaba trabajar. Era viernes y hora punta pero la estación estaba desierta, como un domingo por la mañana. La poca gente que había estaba cabizbaja y nadie hablaba con nadie. La tristeza estaba en el ambiente.”


Estación de Atocha y monumento en recuerdo a las víctimas
En los meses sucesivos se construyó un monumento conmemorativo a las víctimas del 11 de marzo con el que no está de acuerdo todo el personal de la estación. “Pasar todos los días ante algo que te recuerde semejante tragedia es muy duro. Preferiría que se hubiese puesto en otro lugar, pero la última palabra la tienen los familiares de las víctimas, lógicamente”, declara Miguel, jefe de supervisores. Por otro lado, Belén, encargada del monumento, cuenta que hay más de 1.000 visitas diarias y que en el último aniversario casi 4.000 personas pasaron por allí.

Las secuelas psicológicas de los trabajadores hicieron que muchos tuvieran que pedir la baja durante unos meses y otros incluso el traslado de estación. La mayoría de empleados que hoy en día siguen trabajando en Atocha vivieron el atentado y aseguran que es imposible olvidarlo.


Ana Pantoja
Lorena Ramos
Marta de la Morena





Errores y aciertos que cumplen años

Cómo los medios respondieron informativamente ante la mayor masacre terrorista de España

El 11 de marzo de 2004 marcó un antes y un después en la historia de España. No sólo afectó a la sociedad sino también a la forma de informar de los medios de comunicación. En su mano estuvo el poder ofrecer datos veraces sobre la autoría del atentado y las manifestaciones que se convocaron en los días posteriores pidiendo verdad y sinceridad por parte del Gobierno. Éste puso a prueba a los medios ocultando información sobre la autoría con motivo de las elecciones generales que se celebrarían tres días después.

¿Cuántas maneras hay de tratar la información? ¿Cuántas fuentes se deben consultar antes de ofrecer información a los ciudadanos? ¿Qué fuente es la más importante? ¿Confiar o no confiar en las fuentes oficiales? No hay unanimidad de opinión entre los medios.

     Horas después de que las bombas explosionaran en los diferentes trenes, el presidente del Gobierno José María Aznar llamó a los principales medios de comunicación del país para informar de que la autoría del atentado correspondía a la banda terrorista ETA. Al tratarse de una fuente oficial que tiene toda la información de los servicios de investigación, todos los medios confiaron en ella por tratarse, en teoría, de la fuente estatal más fiable. Con lo cual, casi todos los medios dieron como suya la información proporcionada por el gobierno.

     Ante la diversidad de criterios y la divergencia que se produce en situaciones como ésta, el rigor periodístico conduciría a los medios a recurrir al Ministerio del Interior porque se trata de una fuente estatal y por lo tanto tiene más información que el propio medio. La tesitura es diferente cuando son las fuentes las que se encargan de llamar a los medios para aportar información, la cual beneficiará a la propia fuente. Varios medios de comunicación decidieron cambiar sus informaciones sobre la autoría.


Portadas de las ediciones especiales de los periódicos nacionales: El País, El Mundo, ABC y La Razón.


     En el caso del periódico El País, Jesús Duva, jefe de la sección de local de Madrid del periódico en 2004 comenta: “Cinco minutos antes de arrancar las rotativas, llamó el presidente Aznar al director y le dijo que era ETA. Mi idea y la de la gente que estábamos trabajando la información era hablar de terrorismo, que era lo único claro”. El encabezado de la edición especial de ese día fue “Matanza de ETA en Madrid”, sin embargo el titular que estaba previsto antes de la llamada era “Matanza terrorista en Madrid”.

Alfonso Ojea, periodista de Cadena Ser
     A las pocas horas del atentado, otros medios, como Cadena Ser,  empezaron a cambiar sus datos, dejando de atribuirle la matanza a ETA para decir que las informaciones de la autoría eran exclusivamente dadas por el gobierno. Alfonso Ojea, periodista de Ser dice al respecto: “Este atentado golpeaba especialmente la conciencia de todos porque cuando llegabas allí te dabas cuenta de que, se diga lo que se diga, no era la manera de operar que tiene ETA. La experiencia profesional de Alfonso Ojea en atentados realizados por el grupo terrorista vasco era amplia y esta propia experiencia, unido a la declaración de Arnaldo Otegui el cual informaba de que ETA no estaba detrás del atentado, le hizo pensar que el grupo terrorista español no tenía relación con las bombas.

     En Cadena Cope el tema de la autoría se desarrolló de forma diferente. Juan Baño, redactor de informativos de la cadena radiofónica declara: “La situación no podría cambiar a no ser que aparezca un dato contundente, algo muy claro que contradiga de lleno al Ministerio del Interior”. Comenta también que la información llegaba desde Alcalá de Henares. La Dirección General de Policía informaba sobre la aparición de material, relacionado con grupos islamistas, y que no concordaba con la información que ofrecía el Gobierno.


     La misma mañana del atentado fue encontrada una furgoneta robada en las proximidades de la estación de cercanías de Alcalá de Henares. Dentro se encontraron pruebas que fueron enviadas a analizar.


El viernes 12 de marzo los posicionamientos sobre la autoría empezaron a cambiar. La información de las fuentes no oficiales comenzó a llegar a las redacciones de los periódicos cuando la edición especial ya estaba en la calle. Estos datos apuntaban a que la autoría del atentado pertenecía a otra organizaciónv. Los indicios apuntaban, por lo tanto, a que la información del gobierno sobre la autoría era falsa. Como explica Jesús Duva, de El País: "Al día siguiente nosotros ya confirmamos que el gobierno de Aznar estaba engañándonos porque los investigadores del atentado, los que de verdad estaban investigando y saben de terrorismo, no iban por la línea de ETA".


     Los medios se plantearon si estaban realizando bien su trabajo o dando falsas informaciones. Pablo Mingote, redactor de informativos de Radio Nacional de España (RNE), asegura: “Hubo precipitación en el momento de informar y de atribuir la autoría a ETA, pero nuestra equivocación fue tardar tanto en cambiar de ésta a Al Qaeda”.


Imagen del atentado del 11 de marzo de 2004

     El periodista Álvaro Martínez Bermúdez, redactor jefe de la sección España del periódico ABC dice: “ Al principio todos los datos que teníamos para la publicación digital apuntaban a ETA como autora del atentado, pero el viernes los titulares se empezaron a modificar porque a nosotros nos llegaban otros testimonios e indicios de los investigadores de que estaba abierta otra línea de investigación“.


     Ese mismo viernes habían sido convocadas manifestaciones en toda España. En Madrid, concretamente, se llegaron a juntar casi dos millones de personas. En este momento, los medios empezaron a dividir la línea informativa; mientras que en los medios públicos la manifestación se mostraba como una unión entre la sociedad y un apoyo al gobierno, en la mayoría del resto de medios se cubrió la manifestación como una protesta general contra la información que se empezaba a rumorear que las instituciones públicas ocultaban.


     Las declaraciones de los siguientes periodistas, pertenecientes a los medios públicos, muestran cómo se vivieron esos momentos. Javier Sáenz Munilla, periodista de Internacional de Televisión Española (TVE) comenta: “Cuando llegó Alfredo Urdaci, eso era escribir al dictado”. Por otro lado Mingote de RNE ante la pregunta de si hubo manipulación en RNE por parte del Partido Popular, responde: “Sí, completamente. Es un sí rotundo".


      Ese mismo día las pruebas que se habían encontrado en la furgoneta estaban ya analizadas y los materiales que descubrieron no pertenecían a los que la banda terrorista ETA usaba normalmente. Esas investigaciones fueron conocidas por el gobierno, pero no fueron hechas públicas.El sábado día 13 de marzo, cuando la población española debería estar reflexionando sobre el voto que emitiría en las elecciones generales del día siguiente, lo que realmente tenía en la cabeza era la necesidad de conocer quienes eran realmente los responsables de la matanza del 11-M. Por ese motivo se desencadenó el primer movimiento popular, que se sirvió de las nuevas tecnologías, concretamente de los mensajes SMS, para congregarse ante de las sedes del partido del gobierno, reclamando su derecho a saber toda la verdad.


     La presencia social delante de las sedes del Partido Popular en toda España fue amplia, aunque los medios públicos intentaron suavizar
la información que ofrecían. Aunque el gobierno denunciaba que esas manifestaciones eran ilegales y que habían sido convocadas por grupos políticos de la oposición, las pancartas como La voz del pueblo no es ilegal desmentían esas afirmaciones. En los mensajes que se enviaron ponía Queremos saber la verdad, pásalo.
En la tarde del sábado, el gobierno compareció afirmando, tras tres días sin aclarar datos, que se estaba estudiando otra línea de investigación que señalaba a grupos islamistas radicales como autores de los atentados.


El Ministro de Interior Ángel Acebes

El domingo 14 de marzo, el día de las elecciones, la sociedad votó. El PSOE ganó con mayoría simple, siendo el gran perdedor el Partido Popular, que días antes de la matanza ganaba en las encuestas con gran diferencia respecto al segundo partido.


 Una posible explicación para que los terroristas atentaran en España la explica Duva: "Encaja perfectamente con la forma de actuar de los grupos de al Qaeda. Es una célula durmiente que estaba en nuestro país. Bin Laden y sus muchachos dan la orden a todas las células del mundo de llevar a cabo la Yihad Islámica y que cuando puedan golpeen contra el infiel, y aqui hay un grupo de chalados que deciden hacer la Guerra Santa contra España por su intervención en la guerra de Irak, coordinados y dirigidos por el ideólogo, que es el llamado tunecino, islamista radical".

Tras estos hechos, las impresiones se manifiestan.

Alfonso Ojea apunta: “La gente no votó tanto como para poner a Zapatero, sino para eliminar a Aznar para castigar la mentira de Estado, a destacar el “papelazo” que hizo Televisión Española con Alfredo Urdaci a la cabeza que es para darle el premio Goebbels a la manipulación y a la agitación y propaganda”.

Editorial de El País hablando de la primera
edición que se sacó el 11 de marzo de 2004
 Jesús Duva habla sobre la fuente oficial de esos días: “Explicamos a nuestros lectores lo que pasó. Decidimos revelar nuestra fuente, cosa que no suele hacerse, pero este caso era diferente. Cuando una fuente te engaña, no tiene derecho a que le protejas, le desenmascaras y dices que es un mentiroso. Se protege a todas las fuentes, eso es sagrado, menos al que te engaña, que le descubres. Y aqui se decidió descubrir al mentiroso".
   
Pablo Mingote habla sobre cómo repercutió el tratamiento de la autoría del 11-M en la reputación de RNE: “Quedó tocada porque relacionaban directamente al medio con el gobierno, aunque hubo gente en la redacción que se nego a hacer lo que se le pedía.


Álvaro Martínez Bermúdez habla de la imagen de ABC: “La gente si valoró que el periódico estuviese donde tenía que estar, en la responsabilidad y en contar lo que sabemos.

Para finalizar
El pasado 11 de marzo se cumplieron siete años de la masacre perpetrada por el grupo terrorista Al Qaeda. Un momento que los españoles, y en especial los madrileños, no olvidarán. El gobierno, los medios de comunicación, los grupos políticos y las instituciones públicas tuvieron un papel importante en el tratamiento de la información y, en un momento en el que el país debía de estar unido, la desinformación que siguió al atentado provocó una fractura en la sociedad. as instituciones públicas tuvieron un papel importante en el tratamiento de la información y, en un momento en el que el país debía de estar unido, la desinformación que siguió al atentado provocó una fractura en la sociedad.



A día de hoy, un septenio más tarde, y como dice Juan Baño: “Probablemente es el atentado donde las víctimas han conseguido ser víctimas, sin pretenderlo, de las bombas y de los políticos. Porque el que cometió el atentado quiso influir en el 14-M y los políticos hicieron magníficamente la fase dos de ese atentado, tirándose a la cara los muertos, dividiéndose en dos bandos y el país partido en dos, creo que ha sido el peor homenaje a las víctimas”.



Lorena Cobas González
Laura Esteban Martínez
Mercedes Francisco Sánchez
Paloma Prieto Del Valle

Tilas el día de la infamia


Todo empezó a las siete de la mañana. Miles de personas se disponían a trasladarse a sus lugares de destino. No obstante, los viajeros no sospechaban que ese día no lo olvidarían jamás. El 11 de marzo de 2004, el grupo terrorista Al-Qaeda se llevó por delante a 191 personas y dejó a más de 1.500 heridos. 

La masacre tuvo lugar en El Pozo del Tío Raimundo, Santa Eugenia y  la estación de Atocha. Esta última, por donde cada día pasan miles de personas, fue el lugar más afectado. Sus alrededores vivieron de forma más traumática el desarrollo de los hechos . El sector hostelero se vio afectado social y económicamente.

Muchos de los trabajadores del sector son, a su vez, vecinos de la zona, por lo que el daño moral es mayor. Mariano Mendoza, dueño del bar ‘El Caldero’, cuenta que, a pesar de haber abierto su establecimiento a las seis de la mañana, pocas horas después cerraron para ayudar “en lo posible” a los heridos. “La gente se implicó. Muchos vecinos tiraron mantas desde sus terrazas”.

La dueña del restaurante vegetariano ‘Mazorca’, cuyo nombre no quiere desvelar, prefiere no recordar lo sucedido. Cuenta que se enteró por un familiar mientras se dirigía a trabajar. “Tuve que dar toda la vuelta por El Retiro para poder llegar porque no me dejaron pasar. La calle estaba cortada”. La incertidumbre y el caos reinaron todo el día.

Los establecimientos colindantes jugaron un papel humano “intachable”, como recordó la Policía Nacional en el acto del quinto aniversario del 11M en Madrid. Los heridos y los familiares entraban en los bares preguntando por la gente desaparecida y pidiendo tranquilizantes y tilas. “La gente entraba para hablar desde la cabina, ya que las líneas de los móviles estaban colapsadas. Fue horrible”, afirma Rosa Fernández, dueña de la cafetería ‘Casalda’. Esta francesa, afincada en Madrid desde hace años, recuerda los días posteriores:  “un día alguien se dejó un saco militar. Llamé a la policía y resulta que era de un militar que se lo había olvidado en la barra”. 

Lo peor llegó al día siguiente. Todos coinciden en un mismo factor: se respiraba un ambiente distinto, pesado. “La gente seguía viniendo como cada día a tomar su café, pero no se quedaban a charlar como otras veces. Incluso ni se sentaban”, cuenta la camarera de ‘Café-Café’, Macarena Cebrero. Las trabajadoras de este local, por encontrarse dentro de la estación madrileña, vivieron la infamia de aquel día con mayor carga emocional. Tras las explosiones pudieron ver a gente subir las escaleras “como robots, en estado de shock”, hasta que la policía, después de la segunda bomba, desalojó Atocha. “No pudimos coger nada, ni ropa, ni móvil, ni tan siquiera las llaves”.

La mayoría destaca que los días posteriores a los atentados hubo poca presencia de población árabe en la estación. De hecho, se pudo apreciar cierto grado de islamofobia. Macarena Cebrero cuenta: “Tres chicos marroquíes habituales estuvieron varios días sin venir. Incluso, vi cómo la policía registraba la mochila de gente árabe, yo creo que sin más”.

En las fechas siguientes al fatídico día se podía notar en los andenes la ausencia de bullicio. Durante esos días, la gente iba en silencio por la calle y, más aún, en los trenes. Se respiraba miedo en los vagones, mientras la desconfianza crecía. Todos parecían sospechosos. “Cuando alguien llevaba una mochila, ten por seguro que todo el mundo le miraba”, dice Macarena.

Los vigilantes de la estación fueron los primeros en acudir al lugar de la explosión. Lo que vieron al llegar allí era indescriptible. Algunos de ellos aún no han podido volver a su puesto de trabajo, sufren pesadillas y el temor que sienten cuando se acercan a la estación es enorme. Además, a algunos de  los trabajadores les dieron la posibilidad de no asistir al trabajo si veían que no podían. Charo, del bar Café-Café, relata que no fue al día siguiente: “Me sentí indispuesta”.

Los atentados provocaron grandes desperfectos en las viviendas cercanas a las vías. Francisco José Delgado, periodista de la Cadena SER, afirma que “parte de los trenes se empotraron en algunas viviendas”. Los bares, sin embargo, no padecieron grandes daños. El camarero del mítico bar madrileño ‘El Brillante’ cuenta: “notamos un temblor hasta tal punto que se movió la barra. Los cristales no llegaron a romperse porque son blindados”.
Restaurante 'El Brillante'

El día 11 será recordado por todos. Estuvieran lejos o cerca, cualquier persona sabe responder dónde estaba ese día. Años después, se sigue recordando con una ola de tristeza y, pese a que los años transcurren, jamás se olvidará la masacre en los andenes. No obstante, el tiempo se va comiendo, poco a poco, el recuerdo y, cada vez son menos los reportajes u actos en conmemoración de las víctimas y de sus familiares que, muy a su pesar, se convirtieron en pequeños héroes de esta barbarie. M. Rodríguez, camarera del `Café-Café narra: “Esos días la estación se llenó de velas. Incluso, nos costaba mucho salir del bar porque la entrada estaba llena. Había mucho olor a velas que nos hacía recordar constantemente lo ocurrido”. Sentencia que, después de siete años, apenas hay gente que deja una vela a sus familias.

El sector hostelero de la zona, sea poniendo tilas durante esa mañana o ayudando, como todos relatan “en lo posible”, actuó de manera ejemplar ante la barbarie que nadie olvidará.

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René Pérez
Verónica Nataly Saldaña
Raquel Vargas
Paloma Viudes

Siete años, siete monumentos

Se cumplen siete años del aniversario de los atentados del 11 de marzo en Madrid, y Madrid artenativo ha querido aportar su pequeño homenaje mostrándoos siete monumentos dedicados al 11-M en Madrid.

Hablamos con la Asociación de Víctimas del Terrorismo 11- M, donde nos dicen que a cualquier recuerdo le tienen cariño, aunque se sienten más identificados con unos que con otros. “Nos gustan los monumentos porque el tiempo pasa y una sociedad que no conoce su pasado está condenada a revivirlo. Fue un atentado contra la democracia que hay que recordar por la memoria de los que no están y para no vuelva a pasar, por los que estamos y vendrán”.


CIUDAD UNIVERSITARIA


La universidad madrileña también quiso rendir homenaje a las víctimas y llegando al primer aniversario de los atentados, el 3 de marzo de 2005, se inauguró un monumento conmemorativo en los jardines de Edificio de Alumnos. La iniciativa de ponerle cara al recuerdo a través de esta obra de arte fue del rector Carlos Berzosa, que actualmente sigue en el cargo. Los artistas encargados de la creación de este monumento fueron dos profesores de la facultad de Bellas Artes: José de las Casas y Pablo de Arriba.


Monumento

Placa

La escultura consiste en un bloque hueco de granito por el que circula agua que corre por el raíl de tren hasta llegar a un estanque con flores, donde descansa. Es un monumento que conjuga escultura y paisaje, todo unido por el agua, símbolo de vida. El raíl del tren que une el bloque de granito con el estanque mide 11 metros, haciendo evidente referencia a la fecha de los atentados. En él se puede leer una inscripción, una frase del escritor egipcio Edmon Jabès: A tu ausencia le hacía falta un rostro, a ese rostro probablemente un destino.

En la Secretaría del Rectorado de la Universidad, Cristina Cordeiro, secretaria del rector, regresa 6 años atrás para revivir el día de la inauguración de este monumento. “Recuerdo que la madre de Angélica, una alumna fallecida, rompió a llorar en mitad del acto. Un año después aún tenía el rostro desencajado…son vidas truncadas gratuitamente”

Cientos de alumnos pasan cada día por delante de este monumento, para algunos ya forma parte del paisaje diario y no se detienen a mirarlo, otros en cambio lo observan de reojo, respetuosos. Lo que todos tenemos en común, alumnos o no, es una promesa: la del recuerdo.


SANTA EUGENIA


“Tormentas de fuego y hachas cegaron la luz del día tan presente vuestra ausencia para siempre en nuestras vidas". (Sixto Eleta Andrada).
Esta es la frase que cita la placa conmemorativa del monumento en honor a las víctimas de los atentados en la Estación de RENFE de Santa Eugenia.


Monumento


La escultura se realizó con fondos recaudados por la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Vallecas, que hizo una colecta e instaló una escultura y una placa en honor a las víctimas de la tragedia de Santa Eugenia, donde las explosiones causaron 25 muertes. Siete años después, las velas y las flores rodean este monumento como si no hubiese pasado el tiempo.

Marisa García de la Torre, coordinadora de la Asociación de Vecinos de Vallecas fue la encargada de reunir dinero para alzar este recuerdo a las puertas de la estación: “Fue una iniciativa que salió de todos nosotros, en una reunión se propuso y se aprobó al instante. Los atentados han marcado a toda España, en especial a los madrileños y nosotros, desde nuestro pequeño rincón del mundo quisimos dedicarles este pequeño homenaje a las víctimas, familiares y el resto de ciudadanos”


EL BOSQUE DEL RECUERDO


En un principio se le llamo “El bosque de los Ausentes” y estuvo instalado en una isleta de la glorieta de Atocha. El Bosque del Recuerdo se encuentra en la Chopera, en el madrileño parque del Retiro, cerca de la estación de Atocha.


El Bosque del Recuerdo


Fue inaugurado en el primer aniversario de los atentados y consta de 118 áreas con 192 árboles: 22 olivos y 170 cipreses, uno por cada asesinado en los atentados del 11 de marzo y por el agente asesinado en el atentado suicida de Leganés unos días después. El hecho de que hayan sido estas dos especies de árboles las elegidas es muy significativo. El olivo es símbolo de muchas cosas, principalmente es representativo de la paz a través de una rama, pero también la prosperidad puesto que vive por muchos años. El ciprés es el árbol funerario por excelencia y se encuentra en casi todos los cementerios, con el tiempo se ha convertido en el símbolo del triunfo de la vida sobre la muerte.

El así llamado por entonces “Bosque de los Ausentes”, se creó originalmente como parte de la decoración de las calles por las que debía pasar la comitiva de la boda del príncipe Felipe y Letizia Ortiz.

Ángel de Marcos, de la Asociación de Víctimas del 11-M cuenta que a pesar de que los monumentos de Atocha y el Retiro son los más visibles y los más significativos, ellos no se sienten identificados con ellos: “El bosque del recuerdo tuvo su origen en la boda del príncipe que lo puso en Atocha y después de eso dijeron, ¿qué hacemos? Pues al retiro. No nos sentimos identificados con ellos, no va con nosotros. Además no se nos tuvo en cuenta para nada”.


En el caso de El Bosque del Recuerdo, se ha querido rendir homenaje a las víctimas a través de un poema de Manuel Barranco Roda: “El bosque del recuerdo”http://www.asociacion11m.org/ver-poema.php?id=108

ATOCHA


El monumento en recuerdo a las víctimas del 11-M de la Estación de Atocha es el más conocido, representativo y visitado de todos los que hay en Madrid. Está situado en el centro de la estación, un lugar que, en marzo de 2004 se tiñó de sangre. En homenaje a los heridos y fallecidos, se convocó un concurso internacional donde se presentaron 283 propuestas de diferentes países, resultando ganadora esta obra del estudio FAM, bajo el lema: “La luz dedica un momento del día a cada persona ausente”.
Monumento por el interior
Monumento por el exterior


Se compone de dos partes relacionadas: un cubo de vidrio que asoma al exterior y una membrana interior, junto a una sala que puede ser visitada desde el interior de la estación. En la membrana interior aparecen miles de mensajes dejados por los viajeros de la estación y los ciudadanos que se acercaron allí los días después del atentado. La escultura que se alza hacia arriba alcanza una altura de 11 metros y tiene un peso de alrededor de 160 toneladas.

Se trata de una obra pionera no sólo en su planificación sino también en el empleo de materiales constructivos de última tecnología. Esta creación se firmó por cinco arquitectos de FAM: Esaú Acosta, Raquel Buj, Juan Carlos Martín, Mauro Gil-Fournier y Miguel Jeanicke.

Hasta aquí esta información es conocida por todos, o al menos está a la disposición de cualquiera, no es nada nuevo. Sin embargo, Agustín Galán Laiz de la Asociación de Víctimas del 11-M y padre de un asesinado en los atentados, nos da la otra versión de todo lo que rodea la monumentalidad de la obra de Atocha. “El de atocha fue carísimo, muy fastuoso. No contaron con nosotros, fue el Ayuntamiento de Madrid con el Ministerio de Fomento, solo nos preguntaron si ponían los nombres de las víctimas o frases. Y luego sí que nos llamaron para la inauguración, bien que querían que fuésemos a ponernos tristes, a llorar y a echarnos fotos…Nosotros no pedimos algo grande y caro, si nos gustan los monumentos es para que perdure el recuero porque el tiempo pasa y una sociedad que no conoce su pasado está condenada a revivirlo. A nosotros nos vale cualquier referencia y a todo le tenemos cariño, pero no queremos que se haga política con todo esto por eso nos hemos desvinculado de los políticos. El Gobierno de Madrid nos ha olvidado desde el primer día".

EL POZO


Según la Asociación de Víctimas del Terrorismo: “Es con el que más nos identificamos porque es en el que más hemos participado y más nos ha costado. Nos costó cinco años que lo construyesen. El Pozo era la única estación de las que sufrió atentados que no tenía monumentos y fue donde más muertos hubo.

Monumento y placa conmemorativa


El arquitecto fue Peridis e hizo el proyecto de forma altruista contando con nosotros en todo momento. El Ayuntamiento de Madrid nos dio muchas largas y nos lo puso muy difícil. Pero lo conseguimos”.
“La piedra simboliza la eternidad; el agua, la vida y las lágrimas; las flores rojas son un homenaje a las víctimas; y el aire, el aliento que atraviesa esas piedras eternas", explica el autor de la obra, José María Pérez, Peridis a El País en día de la inauguración, el pasado 11 de marzo.

 
UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS


La Universidad Rey Juan Carlos  levantó un monumento en diciembre de 2006 en homenaje a las víctimas del terrorismo en el Campus de Vicálvaro.
La escultura representa dos manos que sostienen un cuerpo que se desvanece tras recibir el impacto de un atentado.

Estatuta


Pero la obra no sólo refleja el trágico momento de la muerte, el dolor y la soledad del inocente, con nombre y apellidos, al que le arrebatan la vida. Según declaró su escultora, Diana García Roy (Deroy) a www.eldistrito.es, la obra es además una muestra de solidaridad que expresa y resalta la esperanza y la defensa del derecho a la vida. “Es el apoyo de tantos familiares, amigos asociaciones..., mucho mundo que sufre con ellos, que se rebela ante estos hechos y que defiende con valentía el derecho más elemental del ser humano”.


LEGANÉS


Se inauguró en junio de 2004. En memoria de las víctimas y en especial de los leganenenses fallecidos y del geo que murió en la explosión del piso de Leganés.

Monumento

El monumento, de cuatro metros de altura y creado por Luis Arencibia Betancort, representa una pancarta que portaron los estudiantes de enseñanza media tras los atentados. Son 27 manos esculpidas en acero corten "que intentan frenar la violencia y que piden la paz", según explicó en los medios el día de la inauguración el alcalde de Leganés, José Luis Pérez Ráez





Fotos: Madrid_artenativo