viernes, 25 de marzo de 2011

Víctimas sin DNI

Siete años después de la masacre sufrida por la ciudad de Madrid durante los atentados del 11 de marzo de 2004, varias de las víctimas cuya situación era irregular en España siguen sin recibir su nacionalización.

La noticia sorprendió tanto por su contenido como por el momento en que llegaba. Era 12 de marzo de 2004 y 24 horas antes un atentado había terminado con la vida de 191 personas. Otras 1.900 resultaron heridas. El entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, dio una multitudinaria rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa para comunicar sus intenciones. Todas las víctimas del atentado y sus familiares serían nacionalizados y su situación se regularizaría.

Hoy, siete años más tarde, esa famosa regularización masiva continúa en tela de juicio. “Llevo varios años luchando junto con mi abogado. Tengo permiso de trabajo, pero aún no me han concedido la nacionalidad española y no entiendo por qué”. Son palabras de Florentina Andrei (Bucarest, 1968). Ella viajaba en uno de los vagones que explotó aquella fatídica mañana en las inmediaciones de Atocha. Afortunadamente salió con vida, pero las secuelas físicas y psíquicas permanecerán siempre con ella.

Florentina Andrei en la Asoc. 11M Afec. del Terrorismo


Como el caso de Florentina, se contabilizan hasta 22 dentro de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo. Es cierto que una gran mayoría de las víctimas del atentado han conseguido la nacionalidad española acogiéndose al Real Decreto 453/2004 del 18 de marzo, emitido en circunstancias excepcionales por José María Michavila Núñez, otrora Ministro de Justicia. Sin embargo aún existen personas a las que no se les ha tramitado la solicitud.

Matías Lobato es un jurista especializado en casos de inmigración y su interpretación. “El Real Decreto es un arma de doble filo. Por una parte todas las víctimas del 11-M pueden acogerse a él para regularizar su situación. En cambio, para obtener la nacionalidad, el Ministerio se guarda un as en la manga con el ‘carácter discrecional. Esto quiere decir que el propio Ministerio es quien se encarga de hacer una valoración subjetiva de las circunstancias que justifican la nacionalización.

Florentina afirma que los problemas burocráticos son los que están demorando su situación. “Me muevo por mi cuenta, acudo al Ministerio y me dicen que pronto se arreglará, que me vaya a casa tranquila, ellos me mandarán una carta”. Pero esa carta aún no ha llegado y la desesperación está al borde de su capacidad. Además, tampoco le han concedido la minusvalía por las cuatro secuelas que le dejó la explosión. “Concerté una cita con un psicólogo del Ministerio. Me llamaron después de muchos meses, pero el psicólogo se fue el día antes de vernos. Entonces me dijeron que tenía que pedir otra cita y esperar el turno de nuevo”.

Monumento a las victimas del 11M en Santa Eugenia
Lobato dice entender la situación de ambas partes: “El agotamiento de las víctimas es cada vez mayor, pero el Ministerio ha de estudiar cada caso minuciosamente para evitar fraudes, como el famoso de Lorena Candelario”. Esta mujer colombiana se hizo pasar por víctima del atentado para obtener la nacionalidad española, indemnizaciones por las secuelas y un piso en renta de protección oficial por el que paga mensualidades de 200 euros. Para ello fingió dolores, falseó papeles e incluso ocultó un piso en propiedad que tiene arrendado y por el que recibe una suma de 1.450 euros al mes. “Es triste que la gente se aproveche de situaciones así para beneficio propio, pero estas cosas ocurren y por eso cada caso requiere su tiempo”, sentencia el letrado.

Ambas partes parecen estar de acuerdo en una cosa: el tiempo. Tiempo es lo que necesita la Administración para valorar cada caso y tiempo es lo que falta a las víctimas para que sean reconocidos sus derechos. El tiempo es una de esas cosas en la vida que resulta tan subjetivo como la interpretación que cada uno le quiera dar. En este caso, siete años son el motivo de la discordia. Para los diferentes ministerios, siete años son pocos para enjuiciar la situación. Para Florentina Andrei, estos siete años han sido los más largos de su vida. “Ahora sólo quiero vivir”, concluye.




Daniel Bermejo
Alessandro Barbero
Fabián Beltrán
Luis Garrido

No hay comentarios:

Publicar un comentario