jueves, 24 de marzo de 2011

Víctimas con voz

A raíz del atentado del 11 de marzo de 2004, se han ido mostrando las consecuencias que tuvo el suceso en la economía o en la política de España. Se sigue investigando quienes fueron los culpables, pero lo que no se ha analizado en profundidad son las secuelas que aún hoy padecen aquellas personas que sobrevivieron al atentado.
El 11 de marzo de 2004, tuvo lugar en Madrid  el que esta considerado como el mayor atentado terrorista en  España.  Se colocaron diez explosivos en cuatro trenes  de los cuales estallaron tres provocando la muerte de 196 personas y miles de heridos.

Eran las 7:15 de la mañana aproximadamente, la gente como cada día, cogía el tren en plena hora punta, la estación de Atocha estaba repleta de personas. Nadie se imaginaba lo que iba a ocurrir.
Francisco Javier Botello se dirigía a su puesto de trabajo. Eran las 7:35 de la mañana cuando llegó a la estación de Atocha, justo cuando iba a bajar del vagón escuchó la primera bomba, “en el momento de la explosión noté la onda expansiva y me quedé dentro del vagón mientras todo el mundo gritaba y salía corriendo. Cuando ya no había nadie, bajé y lo que me encontré fue oscuridad, a un hombre tirado en el suelo y cosas por el suelo”, nos cuenta F.J.Botello siete años más tarde. 
Nadie acertaba a saber lo que estaba sucediendo, la gente simplemente corría asustada, el caos se apoderó de la situación: “En ese momento, dudé si salir corriendo o bajar a la vía y acercarme al tren que había explotado. Al final, opté por cruzar la vía” comenta Botello.
Aproximadamente a la misma hora Cristina Ruiz,secretaria de 30 años,también se dirigía a su puesto de trabajo, se encontraba en las escaleras que dan acceso al andén cuando estalló la primera bomba. “No escuchaba nada, era una sensación muy extraña y desconcertante, me quedé paralizada, no sabia que estaba pasando a mi alrededor, intentaba correr pero no sabia a donde ir” asegura  Ruiz.
Minutos más tarde, de nuevo otra explosión. “Estalló una segunda bomba justo en el vagón de ese mismo tren que había enfrente de mí. Me di la vuelta, me agaché e intenté alejarme. Vi como pasaban restos del tren a mí alrededor. Por suerte, no me pasó nada. Ahora sí que empezaron a llegar los de seguridad y salí de allí. El andén estaba lleno de cosas que se le habían caído a la gente y de móviles”, declara Botello.
Siete años mas tarde, aun no han podido olvidar por completo lo que ocurrió ese día. Cristina padeció durante varios días sordera provocada por el ruido de las explosiones. Además acudía a trabajar en coche ya que , según ella misma relata: “ Me sentía incapaz de coger el transporte publico por si volvía a ocurrir lo mismo”. Tuvo que acudir a un psicólogo durante varios meses para tratar de superar el shock que sufrió tras el atentado.
Por su parte Botello, aunque no experimenta secuelas físicas ni psicológicas graves a día de hoy,  confiesa que no le gusta ver las imágenes del atentado ya que le hacen revivir todo lo sucedido ese día.

Existen diversos organismos como La Asociación 11m Afectados Del Terrorismo”, surgidos como reacción al silencio administrativo y a la necesidad de los afectados de saber que hay qué hacer cuando el terrorismo te alcanza. En la Asociación hay 1500 socios, siendo la voz que ha aglutinado a prácticamente todos los afectados del atentado en los juicios
María Sánchez, directora del equipo psicológico de la Asociación, afirma que muchas de las víctimas del atentado viven con el pensamiento de que los hechos han ocurrido hace una semana, aunque lo cierto es que ya han pasado siete años desde lo ocurrido. Según María Sánchez la lista de los síntomas que padecen los afectados actualmente es bastante extensa: “abuso de sustancias, rasgos psicóticos, agorafobia, miedo a los ruidos fuertes, a los olores a humos, a que se apague la luz, hay un largo etcétera pero el 100% sufre ansiedad”. Pero además de los síntomas psicológicos, las víctimas también sufren enfermedades no psicológicas, como enfermedades en la piel y muchos casos de cáncer. La psicóloga afirma que hay muchos cuadros que coindicen, y que la vulnerabilidad afecta al sistema inmunológico y a la vida personal, produciéndose muchos divorcios y pérdidas de trabajo.
Desde la Asociación afirman que el cien por cien de las personas que vieron muertos o mutilados y escucharon el tremendo ruido de la explosión necesitaron un psicólogo, además actualmente hay un 90% que necesita terapia aunque la rechace. El mensaje que pretenden mandar los miembros de la asociación es que es algo que se puede curar pero hay que querer. Desde la asociación dicen que: “ha habido psicólogos que lo han hecho mal, les obligaban a subirse a los trenes”.
Durante todos estos años se ha hablado mucho sobre los muertos y los culpables del atentado, pero no se ha prestado la misma atención de lado a aquellas personas que presenciaron el suceso y sobrevivieron. Estas personas que hoy pueden relatar el suceso, son víctimas con voz .



Laura Durán Bayo
Silvia Rodríguez Marques
Almudena Morales Botello
Paloma Luque Redondo

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